Cardi

Cardi llegó a Canópolis junto con su compañera felina Galleta. Ambas vivían en un huerto de Viladecans. Las alimentaba el propietario, pero cuando éste falleció se quedaron sin comida y sin hogar.

Al principio le costó adaptarse a la vida de Felípolis, permanecía escondida y no se dejaba ver. Nos contaron que era una gata muy tímida pero que algunas veces se dejaba tocar. Todavía no hemos logrado interaccionar tanto con ella pero ya se siente cómoda con nosotr@s y cada vez reduce más su espacio de seguridad.

¿Te gustaría amadrinarla y ayudarle a recobrar la confianza en las personas?