La importancia del microbioma y un tracto intestinal sano
Una cosa que nos ocupa a los que tenemos animales es la calidad de sus cacas. Entendemos que una caca firme de color marrón es el ideal. Y me río mientras escribo estas líneas, por que me imagino a tantas personas parándose en el camino para observar con detenimiento el acontecimiento en el que nuestro animal produce el elemento deseado. No hay nada más reconfortante para el dueño que ver como su perro o gato hace una caca de buena calidad. Y a la vez, no hay nada más preocupante si el resultado es todo lo contrario. No se trata de un pasatiempo extraño que todos los dueños de animales compartimos, si no de una manera en la que podemos verificar que todo está en orden, o que algo no va bien.
De forma natural e intuitiva sabemos que en las cacas se esconde el secreto de la salud de nuestros animales, y nuestro deleite se basa en que estas nos indican el estado de su sistema digestivo. Nuestro instinto nos dice, y este es inteligente, que lo que sale por el ano nos va a dar información sobre su bienestar y si su alimentación le está favoreciendo. Nada más oportuno sucede cuando analizamos las cacas de nuestros animales.
Cada vez hay más evidencias que el sistema digestivo esconde un lenguaje complejo y un sistema inteligente que mantiene el sistema inmune y por ende la salud de nuestros animales.
Además de haberse identificado como el segundo centro neuronal con casi más conexiones que el cerebro en los mamíferos, se está descubriendo que gran parte del sistema inmunológico se encuentra en las paredes de los intestinos. Todavía estamos intentando comprender el milagro que ocurre cuando se ingiere un alimento y se desatan miles de procesos químicos en el organismo para que los macro y micro nutrientes en ese alimento se separen, se organicen y se absorban por la sangre para que esta pueda llevarlos a cada una de las células del cuerpo que los necesiten y, así, se mantengan todos los sistemas operativos para que ese ser pueda desarrollarse en su vida con normalidad. Por eso es tan importante ver que esconde esa caca y qué información nos puede aportar.
Tiene gusanos? Es blanda y clara? Es líquida con alimentos sin digerir? Viene acompañada de muscosidad? Es apestosa? Es muy abundante?
Todas estas anomalías nos van a poner en alerta obligándonos a emprender el camino que busca la caca perfecta. Esta aventura nos lleva a la conclusión de que…
Si es importante lo que sale, más importante es lo que entra
Teniendo esto en cuenta entonces podemos entender la importancia de una buena alimentación y un entorno que favorece su estado emocional.
Parece ser que en las paredes de los intestinos existe un frágil equilibrio de bacterias que conocemos como la flora intestinal o microbioma formado por un incontable número de bacterias que trabajan para descomponer los alimentos en partículas asimilables y a desechar lo que es patógeno o no le sirve al animal de alimento. Digo frágil porque este equilibrio se puede ver afectado de muchas maneras y si este se rompe se pueden desarrollar un sinfín de problemas que a corto plazo resultarán en cacas blandas, sueltas, mal olientes, con mucosidad y acompañadas de flatulencias. A medio plazo, si se mantiene el desequilibrio, podrán aparecer situaciones en las que las paredes del intestino, diseñadas para dejar pasar nutrientes, se inflamen de tal forma que estas permitan que se cuelen al sistema sanguíneo partículas que en un principio deberían desecharse, creando situaciones inflamatorias en otros lugares. Se sabe ahora, que muchos problemas de piel se originan en un intestino permeable, y poco se puede hacer por estos, si no se trata el problema de raíz.
Según el veterinario homeópata Don Hamilton, el organismo de los animales es inteligente. Y si se están colando partículas de sustancias que el sistema no puede gestionar adecuadamente, este las deriva a los órganos menos vitales, como la piel. Siendo un órgano de absorción y desecho, la piel actúa por un intestino deficiente y trata de descongestionar el cuerpo expulsando por los poros lo que es insalubre para el animal. La dermatitis atópica, los lipomas, la sarna demodex , los hotspots (zonas calientes) y eccemas, etc son todos síntomas que muy probablemente delatan un sistema digestivo inflamado. Ya no son solo las cacas las que nos están avisando de la salud interna de nuestro animal.
A largo plazo, las sustancias contaminantes (metales pesados y pesticidas), artificiales (aditivos alimentarios), sintéticas (medicación, vitaminas y minerales inorgánicos), o inapropiadas para la especie (cereales para los carnívoros, o harinas de carne para los herbívoros) que se acumulan más allá de lo que puede gestionar el organismo, desencadenarán en enfermedades crónicas autoinmunes y degenerativas. El cáncer siendo una de estas enfermedades inflamatorias crónicas con peor remedio.
La fórmula para la caca perfecta
Hace muchos años que alimento a mis animales de la forma más natural y fresca posible; cada uno según su especie, evitando al máximo alimentos procesados y artificiales. Todos los piensos y envasados entran en esta categoría, así como todas las chucherías comerciales. ¿Por qué?
Pues por lo que decía antes…si es importante lo que sale, más lo es aquello que entra. No es posible ver una caca perfecta si lo que están comiendo nuestros animales está lleno de sustancias artificiales, químicas, o las proporciones de nutrientes no son apropiadas para su especie. En mi opinión, todos los productos comerciales, incluyendo los de gamas altas y los que publicitan ser más naturales, son alimento inapropiado. La mayoría de piensos para perros y gatos se fabrican con material barato de origen vegetal. Los cereales y sus subproductos forman gran parte de las formulaciones como materia de relleno, y ningún carnívoro podrá ser un animal sano comiendo así. Incluso los que se han subido al tren del Grainfree (sin cereales) están compuestos por almidón extraídos de la patata y los guisantes: alimentos que pueden digerir los carnívoros, pero que en grandes proporciones saturan su sistema con azúcares y volvemos a tener el mismo problema que con los cereales. Cacas abundantes, mal olientes, diarreas, etc.
No hay otra que subirse a otro tren para encontrar esa caca perfecta: la comida casera cruda o semicruda.
Alimentando a nuestros animales con ingredientes frescos y, a ser posible, ecológicos, evitando así los pesticidas, estaremos permitiendo que su sistema digestivo se estrese lo menos posible. El frágil equilibrio del que hablaba antes es mucho más fácil de mantener cuando el animal recibe de su comida elementos tan importantes para la flora intestinal como los prebióticos, probióticos y enzimas. Estos no se encuentran en los productos comerciales, y aunque lo indiquen en el envase, no es posible que estos sean efectivos ya que son sustancias que sufren con el calor, la oxidación y cualquier manipulación que no sea la adecuada. Sin embargo, en una dieta natural elaborada en casa, estos elementos indispensables para la vida y la salud formarán parte de la dieta sin mayores esfuerzos.
Una ayuda adicional
Cuando se realiza el cambio de una dieta comercial a una natural, es posible que el cambio desestabilice la flora intestinal del animal temporalmente. En este caso no es una señal negativa, si no una indicación de que el sistema digestivo no está acostumbrado a la nueva información que le llega a partir de los ingredientes frescos. Para ayudar a que este se regule y aprenda a digerir el nuevo alimento, se pueden añadir fuentes de probióticos a la dieta de transición que debe ser gradual y suave (fermentados como el kéfir y el yogur, o cápsulas de probióticos en venta en farmacias y herboristerías).
Por Gemma Knowles – Acupuntora, terapeuta de Flores de Bach, Reikista, nutricionista, escritora y docente.