Nuestros animales de compañía se han convertido en miembros de la familia. Tanto los queremos que queremos lo mejor para ellos. Pero, ¿Lo mejor es en realidad eso?, ¿Lo mejor?.
Hace unos años escribía un artículo titulado: En peligro de Extinción- El Canis Familiaris. En este alertaba del creciente porcentaje de perros y gatos domésticos que enferman de condiciones autoinmunes, entre otros hechos que parecen estar comprometiendo la vida de nuestros más queridos. No es una broma. En EE.UU. el ratio de perros con cáncer en este país era de 1:2 en 2017, este año asciende a 1:1,61. Esto quiere decir que pronto TODOS los perros del país más desarrollado de Occidente podrían desarrollar un cáncer. En España este índice crece a una velocidad vertiginosa. Según el documental The Truth About Pet Cancer (www.thetruthaboutpetcancer.com) todo aquello que nos han enseñado en las últimas décadas acerca del cuidado y alimentación de los animales de compañía podría ser causa de unas estadísticas que asustan.
¿Como puede ser? ¿Como hemos podido convertirnos en los partícipes de la enfermedad y muerte de aquellos que más adoramos?
Todo empieza con la industria farmacéutica y la industria de alimentación artificial (piensos y compañía). Mientras que antaño, nuestros perros y gatos se alimentaban de nuestras sobras o del puchero tradicional, les vacunábamos una vez en la vida, y poco más; ahora después de años de campañas de un marketing feroz por parte de las grandes multinacionales que se han colado en las aulas de veterinaria para adoctrinar a nuestros nobles veterinarios, estos se han convertido en sus representantes aconsejándonos alimentarlos con galletas deshidratadas (alimentos sintéticos y carentes de vida) a diario, vacunarlos anualmente con vacunas de hasta siete virus en una dosis y, si vivimos en una zona endémica de Leishmania, les ponemos una vacuna contra el parásito también.
A esto le añadimos los productos antiparasitarios compuestos por sustancias neurotóxicas, que cada año les aplicamos para librarlos y el entorno de las temidas pulgas, garrapatas, flebotomus, filaria, nematodos, y un largo etc. en forma de collares, pipetas, y más recientemente en pastillas para que su organismo se convierta en un sistema insecticida desde el interior. Nos sorprende ahora que enfermen? A mi no. Y llevo ya muchos años intentando animar a los amantes de animales para que cambien el chip, pues no podemos dejar nuestra salud y la de nuestros animales en manos de entidades cuyo lucro se basa en manipular el amor que sentimos por ellos.
¡Sí! Hay amores que matan. Tu amor por tu perro o gato, tu deseo incondicional de darle lo mejor y protegerle de todo podría ser la propia causa de su enfermedad y su muerte.
Tú que creías que le dabas la mejor dieta elaborada en un laboratorio por veterinarios expertos para que tu animal recibiera a diario su porción perfecta y equilibrada hecha con “Dios sabe qué” porquerías disfrazadas, empiezas a enterarte ahora que los sacos de piensos contienen micotoxinas, metales pesados, proteínas imposibles de digerir, materia vegetal de desecho y transgénica, aceites reciclados nocivos, y una larga lista de sustancias inflamatorias y cancerígenas, incluyendo vitaminas y minerales sintéticos e inorgánicos.
Tú que creías que vacunarle anualmente le protegía de cualquier virus que pudiera hacerle daño y comprometer su vida, averiguas ahora que esas vacunas no hace falta repetirlas cada año, que te están sacando el dinero sin haber necesidad, que las polivalentes pueden ser una brutal agresión para su sistema inmune que empieza a dar señales de saturación (alergias, inflamaciones articulares, artrosis, inflamaciones en los órganos: páncreas, hígado, riñones; tumores, demodicosis, lupus, otitis crónicas, diabetes, hipotiroidismo, etc).
Tú que creías que es más peligrosa la picadura de una garrapata o un mosquito que las pipetas, collares y sprays que compras en la clínica aconsejado por tu veterinario de confianza que no sabe mejor que recetarte sustancias que son toxicas para ti y tu animal. Para más inri, ahora son cada vez más los veterinarios convencidos por las farmacéuticas que unas pastillas lanzadas al mercado en los últimos años son la mejor solución contra los parásitos sin que sepan que sus ingredientes pueden ser causa de enfermedades neurodegenerativas como el Parkinson y el Alzheimer y que están relacionadas con cientos de muertes y secuelas neurológicas en perros (Bravecto y parecidos). A pesar de haber denunciado los efectos adversos en miles de animales (2015) la Agencia Europea del Medicamento ha vuelto a dar visto bueno a estos productos en marzo 2018.
Tú que creías amar a tu animal, como él te ama a ti…
Una vez que empiezas a abrir los ojos, no hay vuelta atrás.
Aunque sigas abriendo el saco de pienso, ya sabes que no es lo mejor para él, y empiezas a valorar las dietas naturales, buscando en Facebook y en foros en internet la experiencia positiva que experimentamos los que damos comida de verdad.
Una vez que empiezas a pensar por ti mismo, no serás igual.
Y aunque acudas al veterinario a vacunarle, empezarás a realizar un montón de preguntas que el mismo profesional no sabrá ni contestar, pues sobre inmunología solo saben lo que les han informado las propias empresas fabricantes. Al menos, te lo pensarás dos veces y encontrarás artículos como este que te aseguran que las farmacéuticas saben que sus vacunas duran más de 12 meses, pero no les interesa que se sepa, y si lo pone el prospecto junto con todos los posibles efectos adversos, no le darán importancia y al veterinario le aconsejarán ponerlas anualmente. Para estar más seguros, ya sabes? O para vender más…no sé, qué crees tú?
Una vez que sabes qué químicos hay en los productos antiparasitarios, te lo vas a pensar bien, pues no solo le afecta a tu animal, te afecta a ti. Tu entras en contacto con estas sustancias tóxicas al acariciar, besar, y convivir con tu animal. Seguro que no te apetece que estos disruptores hormonales afecten tu tiroides o tu sistema nervioso; ni el tuyo, ni el suyo. Vas a buscar formas alternativas para repeler a los bichos: aceites esenciales, suplementos nutricionales, etc. Verás que no hay nada 100% fiable contra los bichos, solo las pastillas y estas parecen ser muy peligrosas. Así que toca convivir con ellos sin pánico, pero con conciencia. Sí, pueden coger una Leishmaniosis, o una Erlichia, pero estas, si el dueño y el veterinario saben detectarlas a tiempo, se pueden tratar también. Hay que poner el tema en la balanza: ¿quieres seguir intoxicándote a ti y a tus animales? ¿Prefieres arriesgarte a un cáncer, para no padecer otras enfermedades que sí son tratables?.
Hay muchas formas de reducir el uso de química para proteger a tus animales. No te quedes solo con este artículo. Investiga. Verás que puedes amar a tu animal, protegerle de muchos daños sin comprometer su salud y bienestar.
Gemma Knowles
Nutricionista, Acupuntora, Terapeuta de Flores de Bach, Master Reiki, escritora del libro Cocina sana para tu perro.