En nuestro afán por divulgar esta medicina milenaria para que más animales puedan beneficiarse de ella, en este artículo queremos explicaros como la Acupuntura es una herramienta muy eficaz a tener en cuenta en animales que padecen dolor, ya sea por artrosis degenerativa, problemas musculares, problemas de columna, displasia de cadera y otras dolencias que lo provocan.
Hace ya mas de 13 años empecé a interesarme por la acupuntura, después de ver los resultados espectaculares que se obtenían al aplicar esta medicina en los animales de Canópolis. Animales que no podían caminar, que se daban como “casos perdidos” por los veterinarios, eran tratados en el refugio con Acupuntura y reaccionaban muy positivamente a esta medicina, recuperando con el tiempo su movilidad y disfrutando de una buena calidad de vida, a pesar de su mal pronóstico.
Cómo licenciada en Farmacia, mi mentalidad “científica” no entendía de energías pero la evidencia y los resultados obtenidos eran más fuertes que todo el racionamiento y conocimiento aprendido durante años de carrera, así que a pesar de no saber cómo funcionaba, decidí estudiar Acupuntura para poder aplicarla en los animales a mi cargo y también ayudar a los animales del refugio. En esas fechas acababa de adoptar a Lobo, un pastor alemán de unos 8 años de edad con una severa displasia de cadera y una gran atrofia muscular en las patas posteriores, provocada por la baja movilidad que tenía a consecuencia del dolor. Tras algunos años de estudio de acupuntura, pude poner en práctica con mi mejor amigo Lobo los conocimientos que iba adquiriendo, siempre guiada por mis grandes maestras Marita Casasola y Gemma Knowles. Desde las primeras sesiones, Lobo empezó a mostrar signos que evidenciaban que la terapia estaba funcionando muy bien y eso me animó a continuar ampliando mis estudios y a querer aprender cada vez más y más. Lobo recuperó musculatura, movilidad y agilidad. Pasó de pesar 28 kgs y tener bastante atrofia, a pesar 40 kgs y estar en perfecta forma física.
El día en que Lobo saltó por primera vez de un brinco al alto maletero del 4×4, supe con certeza que no me había equivocado al decidir sumergirme en el apasionante mundo de las terapias energéticas.
Uno de los conceptos básicos de la Medicina Tradicional China (MTC) nos indica que el dolor aparece cuando hay obstrucción de la circulación energética en los meridianos. Mediante distintas técnicas de Acupuntura y la Moxibustión podemos eliminar esa obstrucción, reestablecer el equilibrio energético y paliar el dolor que siente el animal, conseguir que las articulaciones recuperen movilidad, enlentecer el desgaste, reducir la inflamación y, en definitiva, hacer que el animal goce de una calidad de vida mejor.
Nuestra experiencia nos ha enseñado que la MTC es particularmente efectiva en los animales que presentan dolor asociado a:
- Artrosis degenerativa.
- Displasia de cadera, diversas patologías de rodilla y otras articulaciones.
- Problemas en la columna.
- Picos de loro.
- Hernias discales.
- Pinzamientos medulares.
- Fracturas óseas.
- Etc
Antes de aplicar un tratamiento de Acupuntura y Moxibustión es necesario realizar una correcta valoración y un estudio energético del animal y de los síntomas y signos que presenta o ha presentado a lo largo de su vida, para poder conocer cuál es el desequilibrio que presenta el animal en concreto. En base a esto, se establece un tratamiento de regulación energético que debemos aplicar para restaurar ese equilibrio perdido.
Según la MTC, la mayoría de los problemas de huesos son debidos a un desgaste de energía Jing (paquete ancestral de energía que cada animal recibe cuando nace), y ésta se relaciona con el riñón como sistema energético.
El tratamiento general suele consistir en tonificar esa energía de riñón para tratar de preservarla y enlentecer ese desgaste, además de eliminar bloqueos y equilibrar el Yin y Yang del animal. Cabe decir que cuando hay dolor también utilizamos puntos de acupuntura para tratar al animal a nivel emocional, ya que sobretodo en dolores crónicos el Shen o espíritu del animal también se encuentra afectado, por motivos obvios.
Normalmente los animales son más receptivos a este tipo de terapias que los humanos, y en las primeras sesiones ya se suelen observar mejoras.
En ocasiones, incluso los mismos terapeutas nos sorprendemos de los rápidos efectos. Cuando un animal siente dolor, normalmente tiende a moverse menos, le cuesta levantarse, puede quejarse, estar más apático y poco animado. Son signos que indican que algo le está ocurriendo, a pesar de que no nos lo puede explicar con palabras, nos lo pueden demostrar de otras formas. No hay nada comparable a la satisfacción que se siente cuando te llama el propietario del animal para decirte que su perro llevaba mucho tiempo sin hacer “esto o aquello” debido a su artrosis (por ejemplo), y que después de las primeras sesiones de acupuntura ya se vuelve a subir de un salto al sofá o bien se ha animado a corretear y jugar con otros perros porque se encuentra mejor.
El tiempo de aplicación de las sesiones de acupuntura puede ser variable en cada caso, dependerá mucho del grado de avance de la enfermedad, de si se trata de un dolor agudo o crónico, de la capacidad del animal para recuperarse y también de su estado de ánimo.
La acupuntura se puede aplicar sola o bien combinada con otras medicinas, ya sean naturales o el tratamiento veterinario convencional que esté recibiendo el animal, ya que incluso puede ayudar a minimizar los efectos secundarios que puedan presentar algunos fármacos que se utilizan en el tratamiento del dolor. Si además, combinamos estas terapias con una alimentación natural y equilibrada, con todos los nutrientes que necesita su organismo, estaremos proporcionándole a nuestro amigo una terapia integral y holística que mejorará su vida, sin duda alguna.
Núria Santamaria
Acupuntora y terapeuta del Instituto Trifolium
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